Varias asociaciones para la rehabilitación de personas adictas a los juegos de azar han observado que en los últimos años acuden jóvenes entre 17 y 22 años en busca de ayuda ante un problema al que no le ven salida. En la actualidad son muchos los jóvenes los que acceden a webs de casinos y juegan al póker y al bingo con el único requisito de introducir un número de identificación que acredite la mayoría de edad, pero no exigen datos como el nombre o los apellidos, por lo que nunca se llega a verificar realmente la edad del jugador.
Como afirma una asociación de rehabilitación de Huelva, el problema no es el juego, sino las cosas que llegan a hacer para conseguir un dinero que no tienen y que acaban degradando la vida de las personas. Para los padres es una tarea casi imposible de averiguar, ya que los jóvenes acceden a internet en la privacidad al margen de los ojos de nadie. Pero algo que puede alertar a los padres son algunas características de la actitud que surge en los jugadores como resultado de la adicción: abandono de los estudios y de tareas rutinarias, aislamiento y conductas agresivas, entre otras situaciones.
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